Editoriales
simultáneos y críticas al presidente por indecisión, por exceso de
optimismo, por dar palos de ciego y hasta por ser peor que Zapatero
Alfredo R. Mendizabal.- .– En
menos de 24 horas, un editorial de The Wall Street Journal, otro de The
New York Times y un tercero de Financial Times meten toda la presión
sobre Rajoy y siembran más inquietud sobre el inmediato futuro de
España. Por primera vez que se recuerde, los tres editoriales
prácticamente simultáneos dicen que así no. Que Rajoy va por mal camino.
Uno dice que es demasiado optimista, que debe dejarse de pamplinas y
que tome ya decisiones para estimular la economía. Otro da casi por
hecho que España será el próximo país en necesitar rescate, y aunque
achaca la mayor responsabilidad a Merkel, hace notar los errores propios
de Rajoy por no fomentar el crecimiento. Y el tercero añade, a las
preocupaciones por el déficit y por la falta de crecimiento, 'el estado
del sistema bancario' español; le exige a Rajoy que no cometa el error
de Irlanda de salvar bancos, que no sean los contribuyentes los que
paguen los platos rotos, porque se juega el futuro del país'. Para
redondear y darle la puntilla, una alarmante crónica del mismo diario de
la City londinense lleva el siguiente título: 'Surgen dudas sobre los
dirigentes españoles'.
O sea, que los tres periódicos
probablemente más influyentes del mundo coinciden en el diagnóstico:
España va muy mal y Rajoy se está equivocando. El FT, sobre todo,
culmina con su editorial una serie que en pcoas horas ha dedicado hasta
diez artículos a las cuestiones de España. Alguno de ellos favorable,
como los éxitos de Mango y Puig. Pero en su visión general hace un
análisis parecido al de sus colegas, por otra parte muy extendido en los
círculos financieros internacionales: la receta de Bruselas de la
austeridad por encima de todo es algo enfermizo que no soluciona nada,
porque hace falta movilizar la economía productiva y Rajoy no va en esa
dirección.
Otros muchos medios se añaden a esta tensión
financiera por España. Destaca también entre ellos un artículo en el
número del semanario The Economist de este fin de semana titulado 'Tras
el subidón de azúcar', en referencia a la barra libre de dinero barato
del BCE los meses pasados. El artículo carga contra los 'pasos
equivocados' que han disparado la prima de riesgo, contra 'la torpe
gestión' del Presupuesto por parte del Gobierno y contra la política de
comunicación. A este respecto, cita cómo se está extendiendo la idea de
que 'el ministro de Hacieda, Cristóbal Montoro, y el de Economía, Luis
de Guindos, "se contradicen mutuamente todo el rato"'.
Todo el
bombardeo de la prensa internacional subraya machaconamente que en el
caso español, la necesidad perentoria de reducir el déficit no debería
impedir dar pasos para promover el crecimiento. Al faltar este segundo
ingrediente, los inversores no se fían y están castigando duramente a
España. A fin de cuentas, como dice el WSJ, lo que premian los mercados
es ver que se ponen en marcha medidas para 'la creación de riqueza'.
Pero en el bombardeo destacan por la singularidad de su simultaneidad
los editoriales del NYT, WSJ y FT, que se completa con la crónica
demoledora de Victor Mallet sobre las dudas en la capacidad de Rajoy y
su equipo.
Las declaraciones de Rajoy 'no son muy tranquilizadoras'
Los
textos más relevantes de estas últimas horas son especialmente
llamativos considerados uno a uno. Juntos constituyen una enmienda a la
totalidad a Rajoy. Se ha dado bastante difusión al editorial del NYT
titulado 'Una sobredosis de dolor', en traducción tan literal que
esconde un poco el sentido de 'penas' que está pasando España. Y es
cierto que el primer párrafo del editorial del diario neoyorquino
estremece: 'España podría ser la próxima economía europea hundida por la
mala gestión de la crisis de la eurozona, dirigida por Alemania. Pero
seguro que será así, a menos que la canciller Angela Merkel y sus
aliados políticos dentro y fuera de Alemania reconozca que ningún pais
puede pagar sus deudas si se asfixia su crecimiento económico'.
Pero
este editorial, que en el fondo reitera la tesis de que Alemania se
equivoca en su mantra del déficit y la austeridad, es el menos crítico
con Rajoy. Horas antes ya había aparecido en la web del WSJ otro
editorial titulado 'Pollyana en Madrid'. Con efluvios literarios, es una
referencia a la famosa novela del mismo nombre, que sirvió para
bautizar en psicología el llamado complejo o principio de Pollyana. En
lenguaje llano, con ese nombre se identifica a las personas que suelen
verlo todo de color rosa. O más coloquialmente, que ven el vaso medio
lleno. Y todo esto cuando 'la preocupación por el futuro económico de
España ha pesado esta semana en los mercados mundiales'. El diario
financiero sugiere que Rajoy es más optimista de lo que debiera: 'Las
afirmaciones de Rajoy de que España no necesitará rescate no son muy
tranquilizadoras'.
Irónicamente, de todos los editoriales que
le dedicó el WSJ a Zapatero en sus siete años de presidente, y fueron
unos cuantos, no hubo una referencia tan clara, cuando era
universalmente conocido su 'optimismo patológico'. Y mucho menos durante
los ocho años de Aznar con su soniquete de 'España va bien', que entre
otras cosas le ayudó a aterrizar en el Consejo del grupo propietario de
ese periódico neoyorquino. Y tampoco es que Rajoy sea la alegría de la
huerta, y menos estos días por muchas razones. En realidad, lo que el
editorial pone de manifiesto es que el presidente del Gobierno puede
repetir cuantas veces quiera que no hay problema, que no va a pasar nada
malo, pero que no le servirá de nada.
Para el WSJ, que usa su
habitual ironía crítica, al escuchar a Rajoy 'uno podría pensar que el
país está tomando el sol en el equivalente financiero de Mallorca', como
si todo fuera viento en popa. Le llevan a esta reflexión las palabras
de Rajoy el miércoles ante el Grupo Parlamentario del PP, cuando dijo
que está 'meridianamene claro' que España no necesitará rescate ni será
intervenida y que 'todos tenemos problemas'. Son las citas textuales que
recoge el WSJ, cuyo editorial parece escrito antes de la nueva
intervención del presidente el jueves en Varsovia, donde dijo casi lo
mismo que el día anterior, aunque con mayor énfasis.
Es 'más fácil crear una empresa en Colombia que en España'
El
periódico alude directamente a los ataques de Sarkozy y Mario Monti,
escudándose en el 'contagio español' para ganar puntos ante sus
conciudadanos respectivos. Pero en este párrafo literal explica cómo
está realmente la situación y cómo Rajoy debería tomar nota y aplicarse
el cuento: 'La tambaleante confianza en la solvencia española no se debe
a nada que haya podido decir un dirigente extranjero u otro. Rajoy
podría sacar provecho si estudia la lección que ha aprendido Monti este
mes: los mercados premian las reformas que buscan el crecimiento y
castigan las contrarias. Saben cuál es la verdad de la buena en cuanto
la ven'.
La verdad de la buena es en este caso lo contrario de
lo que quiere Bruselas, que lo fía todo a la austeridad. Otro párrafo,
por si no lo tiene claro todavía: 'Rajoy anunció el lunes 10.000
millones de euros de recortes adicionales en sanidad y educación, menos
de dos semanas después de presentar su primer presupuesto repleto de
ajustes. A estas alturas, los gobiernos de la periferia deberían tener
claro que los mercados no van a premiar el hacer del equilibrio
presupuestario un fetiche, a menos que la reducción del déficit vaya
acompañada de medidas para promover la creación de riqueza'.
El
WSJ le pone de todas formas a Rajoy mejor nota que a Monti, por llevar
adelante la reforma laboral pese a 'la ira de los sindicatos y
manifestantes, que el mes pasado incendiaron edificios y se enfrentaron a
la policía'. Eso en el haber. En el debe, el editorial pone todo esto:
impuestos muy altos; subsidios en inmobiliaria y construcción que
todavía no se han saneado; burocracia que hace que 'todavía sea más
fácil crear una empresa en Colombia que en España'. Y esto 'se nota' en
la huida de capital extranjero, con los 96.000 millones que se han ido
en once meses, un 40% sólo en diciembre pasado, según los datos del
Banco de España'.
También contribuyen a la situación unos bancos
que han utilizado el dinero barato del BCE para comprar deuda española
'en lugar de dar créditos a las empresas'. Esta actuación del BCE, que
ha mezclado el riesgo soberano con el de los bancos cargados de
hipotecas morosas, ha hecho que los inversores 'carguen contra España,
le guste a Rajoy o no le guste'. Por tanto, y como conclusión, la
recomendación del WSJ es como sigue: 'El BCE no va a rescatar a Rajoy.
Si tampoco quiere acabar rescatado en el sentido griego por Bruselas,
haría bien en tomarse en serio la recuperación y el crecimiento'.
Medidas de Rajoy 'en la mala dirección'
Si
el editorial del WSJ fue escrito antes de Varsovia, el del NYT se
redactó antes del Consejo de Ministros de este viernes. El autor habría
tenido más munición en la insólita impresciptibilidad de sanción para
las cuentas en el extranjero, por ejemplo, que contrasta groseramente
con la amnistía fiscal y con un par de indultos personalizados
decretados por el Gobierno Rajoy. Todo los bandazos, muchos de ellos en
flagrante incumplimiento de sus propias promesas electorales y de la
ortodoxia de su doctrina económica, están convirtiéndose en una suma
incongruente, incalificable e inaguantable. Dan la impresión cada vez
más de ser palos de ciego a la desesperada en busca de rascar unos euros
debajo de cada piedra, sin reparar en que todo ello transpira
indecisión, provoca desconfianza y sobre todo ahuyenta toda esperanza de
crecimiento.
Dice el NYT: 'Sin una vía clara para cuadrar las
cuentas, Rajoy ha propuesto unas cuantas en la mala dirección, como
reducir la inversión pública nacesaria para mejorar la competitividad y
como restringir los fondos para los cursillos de formación, necesarios
para lubricar las reformas del mercado laboral. Ahora ha propuesto una
segunda ronda de recortes profundos en educación y sanidad. El cercenar
la mano de obra de mañana para pagar la burbuja inmobiliaria de ayer no
tiene sentido económico'.
Para salvar un poco la cara al
presidente, el última párrafo del editorial da una de cal y otra de
arena: 'Estos cortes dañinos podrían haber sido menos severos si la
Unión Europea hubiera hecho caso del ruego de Rajoy por una mayor
flexibilidad presupuestaria a corto plazo. Podrían evitarse si Merkel y
sus socios descaminados reconocieran por fin que restaurar la
competitividad del sur de Europa, económicamente debilitado, requiere
más inversión en reformas y crecimiento y menos aritmética obsesiva
centrada en el déficit a corto plazo'.
Desde Zapatero 'nada ha cambiado, sólo los gestores'
La
crónica de Victor Mallet en Financial Times, última en el orden
cronológico de los textos de las últimas horas que ponen a España en el
disparadero, parte del punto en el que se queda el WSJ. Empieza con la
rotundidad de Rajoy en Varsovia: 'El rescate de España no es posible, no
hay intención, no se necesita y por tanto, España no va a ser
rescatada'. Lo dijo con mucho mayor énfasis que el día anterior,
aparentemente para tranquilizar más y mejor. Sólo que consiguió el
efecto contrario. El título de 'Surgen dudas sobre los dirigentes
españoles' es sólo el anuncio de una descalificación de Rajoy con
ribetes tragicómicos, porque el que fuera llamado un día 'bobo solemne'
queda mejor que él. Escribe Mallet en el primer párrafo: 'José Luis
Rodríguez Zapatero, el socialista que fue anterior presidente del
Gobierno español, llevaba más de cuatro años en el poder cuando sufrió
en sus carnes el colapso de la confianza internacional en su Gobierno. A
Mariano Rajoy, su sucesor de centro-derecha, le han bastado menos de
cuatro meses para que se materialicen las dudas'.
A diferencia
de los editoriales del WSJ y el NYT, la crónica del FT es menos
opinativa, naturalmente. Pero por eso mismo hace más daño la narración
de los hechos y la apreciación de las cosas, con citas de expertos.
Cuenta cómo Rajoy tomó medidas rápidamente al principio tras 'la mayor
victoria electora de la historia' del PP, con recortes, nuevas
exigencias a los bancos y una reforma laboral, y cómo la huelga general
pasó sin mayores incidentes. Sin embargo, hoy día ya se le nota
'frustrado' y está 'a la defensiva', negando una y otra vez que España
necesite rescate. Escribe Mallet con una frase que posiblemente delata
su propia decepción: 'Los votantes del PP no pensaban que se iba a
llegar a esto, al menos tan pronto'.
Como explicación, Mallet
enumera los problemas ya sabidos de déficit y del sector bancario,
recuerda el peligro de que se desmanden 'las derrochadoras autonomías' y
llega a la conclusión de que 'las malas noticias económicas de la
eurozona y los propios errores el Gobierno se han conjurado para minar
la credibilidad del Gobierno dentro y fuera'. Lo peor que ha hecho
Rajoy, según una opinión de muchos, ha sido retrasar los presupuestos
hasta las elecciones andaluzas, con lo que se ha perdido un tiempo
precioso para poner en orden las cuentas públicas. Otro error que
también señala es la política de comunicación: 'No hay una voz única que
explique claramente a los ciudadanos lo que pasa', escribe Mallet
citando a un profesor universitario.
El caso es que en estos
momentos se está esfumando rápidamente la esperanza y se están diluyendo
las expectativas: ''Los sondeos de opinión muestran que los votantes,
incluso los del PP, siguen siendo pesimistas sobre la situacion y sobre
la capacidad de Rajoy de mejorarla'. Esto lo dice Mallet directamente. Y
eso que lo describe de esta forma más apacible: 'A Rajoy, un político
gallego de 57 años, nunca se le vieron dotes carismáticas, pero sus
seguidores veían en él un gestor competencia que iba a restablecer orden
en las cuentas y ganarse la confianza de los líderes europeos y de los
inversores extranjeros'.
Pero parece que no. En opinión de otro
profesor citado en la crónica, Rajoy por lo menos tiene la legitimidad
de la que carece el italiano Mario Monti, pero a la hora de la verdad
'parece que ha copiado a Zapatero de seguir la senda de la mínima
resistencia en lugar de promulgar reformas audaces'. Y por eso ''hay un
desencanto general..., porque nada ha cambiado, sólo han cambiado los
gestores'.
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