sábado, 19 de mayo de 2012

Carta de un neurocirujano del 12 de Octubre


Como la Sanidad ha sido y sigue siendo en nuestro país un problema más político que sanitario, se promete a cada español tener un hospital al lado de casa, un cirujano cardiaco, un neurocirujano, un centro de transplante no en su provincia, sino en su ciudad o en su barrio. Daba igual si estaban todos estos médicos bien preparados, si el gasto sería excesivo si no había planificación. Eran tiempos de bonanza económica y había que hacer más hospitales (no tuvieron tanto afán con los centros de rehabilitación, residencias de ancianos u hospitales de crónicos). Además teníamos que tener muchos más médicos, más especialistas, sin planificación sanitaria ni control de recursos. El número de MIR aumentó, no era preciso pasar una adecuada auditoría docente, no había que prever si podríamos contratarles después, sólo había que aumentar el número de residentes. De hecho constituían una buena solución para todo, había que contratar menos especialistas porque parte del trabajo lo hacen ellos y con un salario menor y cuando terminen, si son más de los necesarios, los mantenemos en una bolsa de paro con lo que bajamos más los sueldos de los médicos en las empresas y aseguradoras médicas privadas y podemos contratarlos en la pública con contratos precarios, absurdos, haciendo guardias cuando trabajan a jornada completa. Cualquier cosa valía.


Finalmente llega la crisis y hemos gastado en este país tanto en tantas cosas, se ha enriquecido tanta gente (sobre todo especulando, no produciendo nada concreto) y se ha gestionado tan mal, que no hay dinero para nada. Así que es hora de hacer recortes, de gastar menos y de prisa. Con tanta rapidez sólo se nos ocurre rebajar los sueldos, quitar personal médico, recortar prestaciones... Pero es esta la solución?

Hoy en día es difícil ser médico en este país. De hecho, las cifras de paro para muchas especialidades se multiplicarán en los próximos años (no se piensan cubrir las bajas y jubilaciones y no van a hacer más centros sanitarios), pero nadie piensa en disminuir drásticamente el número de residentes ni de estudiantes de medicina. Algunas especialidades llegarán fácilmente a cifras superiores al 50%. A los residentes que ahora empiezan les recomiendo que aprendan un par de idiomas para la eventualidad de irse a trabajar a otros países, pero aún así formarlos es muy caro para un país en una crisis tan profunda. Además no podemos perder este capital humano, personas inteligentes, trabajadoras y capaces, qué dolor!!Es una crisis, sí, pero también es una crisis de valores y debemos aprender para cambiar tantas cosas. No quiero decir a mis hijos que lo que tienen que hacer en la vida es tener un carnet de un partido o un sindicato, no quiero decirles que lo bueno es especular, defraudar a hacienda y que, aunque estafen, si es mucho dinero no irán a la cárcel. Quiero poder decirles como me dijo a mí mi padre, que estudien, que tengan una carrera, que sean médicos, aunque los problemas de sus pacientes no les dejen descansar. Hoy en día esto no es posible en nuestro país.Las crisis son duras, pero pueden ser buenas oportunidades para cambiar. Creo que tenemos que cambiar muchas cosas y una de estas es el papel del médico en la sociedad y en el sistema sanitario español.Podemos dejar que hagan todos estos recortes, que los hagan personas que no saben lo que es un paciente, una consulta o un bisturí, que destrocen todo esto que nos ha costado tanto conseguir al intentar salvarlo a su manera, o podemos levantarnos y dar un paso adelante. Es el momento para que los médicos que no hemos hablado hasta ahora lo hagamos de una forma seria, contundente y que volvamos a ser lo que siempre tuvimos que ser: médicos.

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