Tres semanas después de que la dimisión de Rato destapase un
agujero abismal en el cuarto mayor banco español –un pufo que ha
convertido a más de la mitad del sector financiero en “bono basura” y ha
dejado al país al borde de la intervención–, Mariano Rajoy tuvo el
detalle de dar la cara por fin. Era su primera rueda de prensa en España
desde que llegó a La Moncloa y se suponía que comparecía ante los
medios para calmar a los mercados y a los ciudadanos. Resultó justo al
revés: la prima de riesgo siguió creciendo, la bolsa siguió cayendo y
los mensajes políticos del presidente fueron cualquier cosa menos algo
tranquilizador.
Sirve de poco comparecer cuando no se tiene nada que decir. El
“presidente de todos los españoles” –como a él le gusta decir– convocó a
los periodistas en la sede del PP, en vez de en La Moncloa o en el
Congreso. La rueda de prensa fue imprevista y las respuestas mucho más. En vez de un mensaje institucional, Mariano Rajoy improvisó un discurso de una frustrante vacuidad:
cinco puntos para no decir nada que no haya dicho ya; una intervención
inicial en la que incluso se permitió el lujo de no mentar siquiera a
Bankia, como si no fuese algo de lo que hiciese falta hablar.
Tras sus cinco obviedades –”es malo gastar lo que no tienes”–,
llegaron sus respuestas a los periodistas; algunas las llegó a leer
también. En los ruegos y preguntas, Rajoy dejó el único gran titular: el
presidente no quiere una comisión de investigación sobre Bankia y no ve
ningún responsable por la quiebra del cuarto mayor banco del país. Debe
de ser que estamos ante un fenómeno natural, como el granizo, que pasa
por accidente o porque tiene que pasar. En el colmo del marianismo, el
presidente incluso defendió que lo ocurrido con Bankia y con la pésima
gestión política de su nacionalización no ha tenido nada que ver con la
escalada de la prima de riesgo, que se debe de disparar porque sí, para
fastidiar, o porque tienen miedo de la Roja en la Eurocopa. “No creo que
influya absolutamente para nada la decisión que se ha tomado sobre
Bankia con la prima de riesgo, absolutamente nada”, aseguró ayer el
presidente del Gobierno en una de las cumbres del discurso político
universal. “Creo que la decisión que se ha tomado sobre Bankia da
tranquilidad porque supone un ejercicio de trasparencia”. Si de verdad
piensa esto, es como para echarse a temblar.
Tampoco aclaró Rajoy cómo se piensa ejecutar ese rescate a Bankia que
cada día que pasa cuesta mil millones más. Después de que Luis de
Guindos hablase la semana pasada de una inyección directa de capital,
después de que Soraya Sáenz de Santamaría afirmase el viernes que el
dinero vendría del FROB, después de que el presidente de Bankia
enmendase a los doz al anunciar el sábado que Santa Bankia, Rita (lo que
se da no se quita), el presidente del Gobierno no fue capaz ayer de
concretar de dónde saldrá el dinero y cómo lo vamos a pagar; insisto,
desde que dimitió Rato han pasado tres semanas ya. ¿Cuánto tiempo más
necesitarán?
Sobre la mesa está, una vez más, un futuro muy negro: el de la
intervención. Rajoy lo negó tres veces: “No habrá rescate a la banca
española por parte de Europa”. De poco vale ya que el presidente empeñe
su devaluada palabra en que tal cosa no sucederá.
P.D. Y con este panorama, ¿alguien es capaz de entender y explicar
por qué el PSOE no apoya YA una comisión de investigación sobre Bankia?
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