miércoles, 8 de agosto de 2012

El regalo que asqueó a Camps


Acostumbrado a regalos de más nivel, como los famosos tres trajes que le llevaron a juicio, el ex presidente valenciano Francisco Camps recibió hace pocos días un obsequio nada agradable que no ha podido digerir. Sucedió el pasado viernes, en el Club de Tenis Valencia, uno de los pocos lugares donde el ex jefe del Consell hallaba una cierta tranquilidad tras la tormenta del caso Gürtel. Al menos, hasta ahora…

Camps llegó al Club de Tenis como siempre: sin levantar polvareda e intentando ser discreto. Acudió a una de las pistas más escondidas para pelotear un rato y, cuando se cansó, volvió al vestuario y se dio una buena ducha. Al regresar a su taquilla para vestirse de calle, el ex presidente observó con horror cómo alguien había puesto un taburete delante de sus enseres personales y, como guinda, un excremento humano. “Una mierda recién cagada”, si reproducimos la frase de un miembro del Club de Tenis que tuvo acceso a tan repugnante escena.

La indignación de Camps no se hizo esperar. Llamó a uno de los responsables del Club de Tenis y, aunque la institución pretende llevarlo todo con la máxima discreción, ya se ha abierto un parte al respecto. Hasta el momento, sólo se sabe que el “regalo”, brillante y escatológica metáfora de la gestión del ex presidente, corrió a cargo de algún socio que, ciertamente, no debe tener demasiado aprecio por Paquito, como llaman a Camps en el Tenis Valencia.

El ex presidente valenciano empezó a frecuentar el club cuando era concejal de Tráfico bajo las órdenes de Rita Barberà. Camps pudo acceder como socio a pesar de la larga lista de espera del Club de Tenis y del desembolso económico que supone –unos 24.000 euros por cabeza- gracias a su matrimonio con Isabel Bas, cuya familia pertenece al club desde hace décadas.

Cuando accedió a la presidencia de la Generalitat, Camps hizo del Club de Tenis Valencia una especie de palacio de invierno donde organizar reuniones discretas y cerrar asuntos delicados. Poco a poco, el Club de Tenis se fue convirtiendo en una cantera de cargos para el Consell: de las elitistas pistas han salido personajes como el ex conseller de Sanidad, Manuel Cervera, o la actual delegada del Gobierno y ex vicepresidenta con Camps, Paula Sánchez de León, así como segundos espadas de peso, como José Clérigues y Pilar Viedma Gil de Vergara.

En dirección contraria, acceder al Club de Tenis se convirtió en un aumento de prestigio para determinados miembros del Consell. El ex vicepresidente Vicente Rambla accedió saltándose la lista de espera, lo que le granjeó cierta animadversión entre la jet set de la capital valenciana.

Camps también intentó meter mano en la dirección del Club de Tenis que, en su pensamiento grandilocuente, debía convertirse en una especie de sociedad (aún más) elitista, el lugar de encuentro oficial de las clases dirigentes y pudientes valencianas. Este intento de controlar y cambiar el Club de Tenis, junto a su pésima gestión en la Generalitat, podría estar detrás del excremento con el que un socio de tan distinguida entidad ha querido expresar su descontento a Camps. Y es que, heces y zurullos aparte, el ex presidente valenciano nunca tuvo demasiado predicamento entre la conservadora y derechona clientela del Club de Tenis. Como dice una de las socias más antiguas, “nosotros somos del PP pero no de Paquito.La propina Dinero llama a dinero. O eso dicen. Un conocido ex directivo del Valencia CF, reconocible por su particular peinado, reventó la banca hace unos días en el casino de Valencia. El empresario, asiduo al azar desde la época del casino en Monte Picayo, destrozó a sus rivales en la mesa de cash de póquer con varias manos muy buenas y, sobre todo, grandes apuestas que nadie se atrevía a igualar. La crisis, como todo, no afecta a todos por igual. UWRNTTHR

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