INFORMACIÓN SOBRE CATASTROIKA
Era por el principio de 1989, cuando el académico francés Jacques
Rupnik se sentó en su oficina para preparar un informe sobre el estado
de las reformas económicas en la Unión Soviética de Mijaíl Gorbachov. El
término que usó para describir los últimos respiros del imperio era el
de “Catastroika”. En la época de Yeltsin, cuando Rusia estableció
probablemente el experimento de privatización más grande y con menos
éxito en la historia de la humanidad, un grupo de periodistas de The
Guardian dio un significado diferente al término de Rupnik.
“Catastroika” se convirtió en sinónimo de la destrucción completa del
país por fuerzas del mercado, la venta de la propiedad pública y la
excesiva deterioración del nivel de vida de los ciudadanos. La unidad de
medida de Catastroika era el desempleo, el empobrecimiento social, la
baja expectativa de vida y la creación de una nueva liga de oligarcas
que tomó el mando del país. Unos años más tarde, un esfuerzo similar de
privatización masiva de la propiedad pública que se realizó en Alemania
unida (se presenta como modelo para Grecia) era responsable de millones
de desempleados y los escándalos más grandes en la historia de Europa.
Es esta misma “Catastroika” la que vendrá pronto por Grecia, la
“última Unión Soviética de Europa”, como la llaman los diputados y los
ministros del ex-gobierno “socialista” del país. Catastroika es la
lógica secuela y continuación de nuestro primer documental “Debtocracy”,
en el que se examinaron las causas de la crisis de endeudamiento en
Grecia y en la periferia de Europa.
Sin embargo, Catastroika no es un virus que ataca sólo a los países
que cambian radicalmente su sistema económico (como Rusia) o los países
bajo una ocupación económica. En realidad, los ejemplos de privatización
con menos éxito ocurren en poderes económicos que teóricamente pueden
controlar las consecuencias negativas.
Catastroika se encuentra en Gran Bretaña en la era después de
Thatcher, donde los ciudadanos fallecen en accidentes de la red
ferroviaria privatizada. Se encuentra en el privatizado y liberalizado
sector de correos holandés, donde se han quitado miles de puestos de
trabajos y el cartero llega dos o tres veces por día. Se encuentra hasta
en California, donde los ciudadanos se han quedado sin electricidad con
la desregularización del mercado de energía.
Pero las consecuencias más graves y terroríficas ocurren en países
que han caído en la trampa de entidades crediticias del extranjero y que
están obligadas a proceder a privatizaciones masivas. La venta de la
propiedad pública que se realiza en Grecia, ha sido probada varias veces
en circunstancias similares. Los responsables de la venta de utilidades
públicas en países de América Latina han trasladado sus oficinas a
países de la periferia europea y los mejores de ellos visitan a Atenas
los últimos meses.
El proceso es siempre el mismo: al principio, el gobierno, con la
colaboración de los medios de comunicación masivos, empieza un ataque
fuerte a los funcionarios. Los presentan como responsables de todos los
males económicos del país. El mito de un sector público con demasiados
funcionarios se basa casi siempre en datos manipulados de organizaciones
que apoyan al gobierno y que se apoyan por el gobierno actual.
Simultáneamente, algunas organizaciones públicas se dejan a propósito
sin ningún apoyo, desesperando a los ciudadanos por su falta de
eficiencia. El proceso acaba con la venta incluso de las organizaciones
más rentables por un porcentaje mínimo de su valor verdadero.
El equipo de Catastroika viaja por muchos países en busca de
imágenes, información y material sobre los programas de desregulación y
privatización que se han realizado en el llamado mundo “desarrollado”.
El resultado final de la investigación no es ni blanco ni negro. El
“carácter social” del sector público contra una cara inhumana del
mercado libre es tan simplista como las teorías de Milton Freedman sobre
la necesidad de privatización hasta del aire que respiramos. Sin
embargo, el caso de Grecia supera el debate simple y teórico sobre el
papel del país en la economía.
Una vez más, el documental se distribuirá por el internet con
Licencia Creative Commons. La circulación libre de Catastroika no sólo
es una “obligación” frente nuestros coproductores, es nuestra profunda y
filosófica convicción de que cada producto de creación intelectual debe
estar a libre disposición para todos. El sistema económico actual,
mientras se basa cada día más en la producción y administración de
información, no es capaz, por su naturaleza, de encontrar maneras de
asegurar la remuneración de los creadores de información. Probablemente,
es otro tema, entre muchos, que no avanza en el tema de desarrollo de
las fuerzas productivas de la economía y pronto igual se amenazarán las
bases del sistema económico actual. Como ya se sabe, cada sistema que
paró el desarrollo de las fuerzas productivas no ha durado mucho – y
pueden preguntar a los feudalistas sobre esto…
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