Mariano Rajoy confirmó al fin lo que todos nos temíamos: que el rescate no saldrá gratis; que “pronto” habrá más “medidas difíciles”.
No lo ha contado en el Congreso. Tampoco en La Moncloa, en una rueda de
prensa, en una entrevista o en una comparecencia institucional. El
presidente del Gobierno, el presidente de todos los españoles, el
presidente que prometió dar la cara y decir siempre la verdad, avanzó
los nuevos recortes en la asamblea general de la patronal. ¿Acaso
conocen un lugar mejor?
Ayer supimos también que la subida del IVA –ese secreto a voces– ya está aquí. El Ministerio de Hacienda estudia qué artículos va a subir del tipo superreducido (4%) y del reducido (8%) al normal (18%). La jugada, de la que ya hablaba el PP nada más alcanzar al poder, llega apenas diez días después de que Rajoy negase tal opción. Antes las promesas del PP al menos duraban unos meses. Ahora no cumplen ni dos semanas.
Visto los precedentes, está claro que la política del Gobierno consiste en hacer exactamente lo contrario de lo que se contó
sin tan siquiera molestarse en explicar el giro, las razones, las
causas de la rectificación. Después de una campaña entera negando
recortes en el Estado del bienestar, nos anunciaron 10.000 millones de
tijeretazo en Sanidad y Educación con una nota de prensa. Tras un
rescate europeo cien veces desmentido no ha habido tiempo siquiera para
celebrar un pleno monográfico ni mucho menos el debate del estado de la
nación donde poder discutirlo. Después de años diciendo que subir el IVA
“es como bajar el salario de los trabajadores“, “la puntilla para el comercio, el turismo y la industria“, ”un disparate” que ”nos traerá menos crecimiento y más paro”,
¿cómo nos lo explicarán? Vistos los precedentes, tengo una sugerencia.
Si los recortes se anuncian ante la Patronal, lo suyo es que la subida
del IVA la expliquen allá donde reside la soberanía popular: en el
Parlamento alemán. 2V2RYD1Y11AMP1TH
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