Esta es la historia de cómo el PP se enredó en su patrioterismo
futbolero, se indignó con la pitada al himno en la Copa del Rey,
prometió legislar para castigarlo duramente, recuperó una vieja
iniciativa ad hoc y acabó votando en contra de la misma porque lo que
pretendían legislar ya estaba legislado.
Paso 1. Año 2006. Esteban González Pons, a la sazón
conseller de Relaciones Institucionales y Comunicación y portavoz del
Gobierno valenciano, anuncia lleno de indignación patriótica una reforma
legal para impedir actos como el que acaba de ocurrir en el Camp Nou,
donde se ha reivindicado, vía pancartas y cánticos, la unidad de los
Països Catalans en un Barça-Osasuna.
Paso 2. El PP, con mayoría absoluta y sus únicos
votos, aprueba en las Cortes valencianas una propuesta para reformar la
Ley del Deporte (artículos 60 a 69) que sancione las agresiones a los
símbolos nacionales. La envía al Congreso de los Diputados, donde llega
el 28 de julio de 2006.
Paso 3. En 2007, el Congreso aprueba la Ley 19/2007,
de 11 de julio, “contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la
intolerancia en el deporte”, que contempla una casuística muy completa
de actos prohibidos. Incluye sanciones para las conductas violentas,
racistas, xenófobas o intolerantes en el deporte que pudieran tener la
gravedad suficiente. Con ella se derogan los artículos 60 a 69 de la
anterior Ley del Deporte, que se referían a esta materia y que son
exactamente los que proponía cambiar la propuesta valenciana. Las
ofensas al himno u otros símbolos nacionales están además tipificados en
el artículo 543 del Código Penal. El PP vota a favor de esa nueva Ley
del Deporte, pero no invita al Parlamento valenciano a retirar la
propuesta enviada unos meses antes.
Paso 4. En 2009, la iniciativa está a punto de ser
debatida en el Pleno del Congreso (pese a estar superada por la ley de
2007), pero las Cortes valencianas piden un aplazamiento. Aducen que
“por razones de agenda” no han podido “designar a la delegación que
defendiese esta proposición de ley”… a pesar de que han pasado tres
años. Tampoco entonces el Parlamento valenciano pide retirar su
propuesta.
Paso 5. Pasan tres años, cambia el Gobierno y el
Parlamento, se abre una nueva legislatura… pero el Reglamento del
Congreso establece que las propuestas autonómicas no caducan. Sólo la
Cámara proponente puede retirarlas. Hace tres semanas, la final de la
Copa del Rey brinda una ocasión perfecta al PP para rescatar (esto sí es
un rescate) la vieja idea de endurecer la Ley del Deporte… sin recordar
que ya estaba hecha desde 2007. La semana pasada, el 5 de junio, la
Junta de Portavoces del Congreso (sí, también el PP es mayoritario en
ella) fijó para ayer el debate de la iniciativa valenciana.
Paso 6. 12 de junio. 16.00 horas. El Grupo Popular
cae en la cuenta de que está a punto de debatir la reforma de unos
artículos que ya no existen de una ley que fue modificada con su apoyo.
Intenta a contrarreloj que no se debata la propuesta valenciana para
evitar el ridículo… pero es en balde: el Reglamento del Congreso
establece que sólo el Parlamento proponente puede retirarla. Ya no hay
tiempo.
Paso 7. Al filo de las diez de la noche y tras haber
dedicado a la cuestión casi dos horas de debate, el PP vota en contra
de su rama valenciana. La propuesta para reformar algo que ya está
reformado es rechazada por unanimidad. A diferencia de lo que ocurre en
los juicios, al PP no se le hará pagar las costas.
La guinda. Por si el bochorno no fuera suficiente,
el ponente designado por las Cortes valencianas para defender el
endurecimiento de los ataques futbolísticos a los símbolos patrios es
David Serra Cervera, que mantiene su acta de diputado autonómico por
Alicante pese a estar imputado en el caso Gürtell, concretamente por
delito electoral durante los comicios autonómicos de 2007 y por falsedad
documental en las elecciones generales de 2008. Salomé García eldiario.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario